Querida Christine Nöstlinger: gracias por hacer mi infancia un poquito más feliz

16 julio 2018

Hay días en los que me doy cuenta que el tiempo no pasa en vano para nadie. Aunque mi memoria cada vez parece querer hacerme olvidar más momentos importantes, todavía tengo un vago recuerdo de esos días en los que salía del cole, iba directa a la biblioteca que tenía justo enfrente y hacía que el tiempo se detuviese de lo feliz que era mientras estaba allí paseándome entre sus estanterías y viendo una y otra vez mis libros favoritos, esos que conocía de memoria de tanto releer. 


La triste noticia que me ha hecho recordarlo una vez más es una que dio la editorial de Christine Nöstlinger hace unos días y que yo he descubierto a través de las redes sociales, dando a conocer su muerte el pasado 29 de junio. 

Es posible que muchos no sepáis reconocerla por su nombre. Hay veces, sobre todo cuando somos unos niños, que solo nos quedamos con los títulos de los nombres de los libros que más nos gustan, sus portadas o las ilustraciones de su interior, pero no nos fijamos o no solemos quedarnos con los nombres de sus autores. Yo admito que he pecado de ello (aunque llevo mucho tiempo intentando dar a los autores todo el reconocimiento que se merecen por crear sus obras inmortales y haberme dado la oportunidad de poder disfrutar de ellas).

Mi gran momento de nostalgia ha llegado cuando he visto una lista con todas las obras de Christine Nöstlinger y he descubierto que muchas de ellas me acompañaron en mi infancia. Konrad o el niño que salió de una lata de conservas; Querida Susi, querido Paul; Diario secreto de Susi (Susi también me ha acompañado durante mucho tiempo); ¡Mini es la mejor! (y en general todos los cuentos de Mini ilustrados por Christine Nöstlinger Jr., la hija de la autora)... 


No voy a mentir diciendo que adoro a esta autora de toda la vida y que por ello conozco todas sus obras publicadas y su biografía de memoria porque estaría engañándome sobre todo a mí misma, pero el que hayan pasado más de 10 años y todavía tenga sus libros en mi memoria dice mucho más que mil palabras de agradecimiento juntas.

Y aun así debo decirlo: gracias, Christine, por ayudar a crecer a esa lectora que vivía en mí cuando todavía era una pequeña saltamontes. Gracias por crear esos personajes tan reales que me acompañaron a lo largo de los años. Gracias por hacer mi infancia un poquito más feliz.

¡¡Nos leemos!!

4 comentarios:

  1. Preciosa entrada, no conocía a la autora pero por tus palabras veo que a ti te conquistó, una pena la noticia.

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre da pena leer noticias así. Es como si una parte de mi infancia se fuese con ella.

      Eliminar
  2. Es una pena esta noticia, yo sí que recuerdo a esta autora con mucho cariño en mi infancia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Verdad? Yo creo que incluso sin saberlo, es una de esas lectoras que todos hemos leído cuando éramos pequeños.

      Eliminar