Y tú, ¿Venderías tu alma al diablo por ganar un concurso?

Hola holaaaaaaaa

Creo que después de más de una semana de lo más agitada en lo que se refiere a cierto concurso en facebook del que ya os hablé en su día y del cual he acabado histérica, de mala leche y hasta las narices por no decir algo mucho más fuerte, ya iba siendo hora que me plantease sentarme delante del ordenador a escribir algo así, porque realmente lo necesito.

Ciertamente no creía que las cosas acabaran así, en este plan, porque sí, el premio de dicho concurso es un Ipad Mini, pero aquí es donde viene la gran pregunta del millón de euros: ¿Realmente vale la pena llegar a estos extremos por conseguirlo? ¿¡En serio!?

Yo me he vuelto loca, literalmente, en busca de gente que tuviese el libro para hacerse la foto, incluyendo a mi familia y a mi pareja en el follón, preguntando por todas partes si me podían hacer un favor y dedicarme un poco de su tiempo, aunque sea para hacerse una foto con el libro para después subirla a facebook y ¿Para qué? Sinceramente y pensándolo fríamente, ahora mismo me doy hasta vergüenza a mí misma por haber hecho tantísimo el ridículo y arrastrar a todos conmigo por algo así, porque sí, la verdad es que me gusta el Ipad, siempre me ha hecho gracia tener uno, pero no es algo que realmente necesite hasta el punto de llegar a vender mi alma al diablo por conseguirlo, ni de coña.

También he descubierto que hay gente que tiene un corazón de oro, que ha llegado a ayudarme muchísimo solo por ayudarme, por hacerme el favor, sin conseguir nada a cambio más que mi eterna gratitud, pues de verdad, no voy a olvidar lo muchísimo que me habéis ayudado, os lo aseguro y más tras lo estúpida que he sido al involucraros en esto y por ello lo siento.

Y ahora, tras leer esto, muchos podéis pensar: Claro, pero esta lo suelta ahora porque no ha ganado y es una mala perdedora, a lo que os respondo que sí, sinceramente no me gusta perder, pero menos me gusta hacerlo cuando he llegado a desvivirme por ello y acabo perdiendo frente a una chica que ha comprado los votos y eso es lo que más rabia me da, el incluso haber llegado yo a esos extremos por un mierda de Ipad, algo que, por cierto, no me va a hacer feliz toda mi vida, ni me va a conceder tres deseos, ni va a estar conmigo hasta el final de los tiempos, porque no es más que un cacharro más que dentro de poco estará pasado de moda y no valdrá ni un euro.

Y lo peor de todo es que se ha hecho fotos a ella misma (menos alguna excepción), llegando incluso a enviar a dos personas diferentes la misma foto y salir en la lista una detrás de la otra, por si acaso no te habías dado cuenta al ver las fotos de que era ella en todo momento. Y lo admito, al final, cuando estaba ya desesperada porque ella subía y subía y subía fotos sin parar y yo no podía hacer nada por seguirle el ritmo, también me he hecho fotos como una descosía a ver si podía aguantar y es por ello por lo que estoy avergonzada de mí misma, pues el haber llegado a eso no es normal.

Y creo, que tras decir todo esto, mi actual lectura y yo nos vamos a la cama, a descansar un poco sin estar pensando en todo momento en el dichoso concurso de las narices que tantos dolores de cabeza me ha traído. Por mi parte, ya os aseguro que estoy más que escarmentada y que no pienso ni oler y mucho menos participar nunca más en un concurso de este estilo: ni de votar, ni de me gustas, ni de compartir, ni nada que implique competir con otras personas de esta manera; ilusa de mí que creía que este concurso al tener que subir fotos sería diferente...

En fin, espero no haberos aburrido mucho con mi reflexión sobre a lo que muchos, entre los que ahora me incluyo yo misma, somos capaces de llegar por un concurso inútil. Llegados a este punto, creo que estoy empezando a desarrollar un ligero pero firme odio hacia los concursos y me da a mi que voy a defender los sorteos hasta el fin de los tiempos.

¡Gracias por leerme, por ayudarme, por aguantarme incluso en mis momentos de histerismo concursil y ante todo: buenas noches y que descanséis!

Nos leemos!!